Entrada 7: Encuentro desde Netlog (2)

Con su coño chorreando literalmente y mi polla aún bien mojada con sus flujos, casi se metía por inercia propia a pesar de que sólo quería frotar. Así que hice caso a lo que nos pedía el cuerpo y se la metí profundamente de un solo golpe. Con un ligero suspiro comenzó de nuevo el vaivén en aquel estrecho lugar. Me encantaba oír los golpes de nuestros cuerpos cuando mi cadera chocaba contra sus glúteos. Me encontraba absorto en esa visión de su cuerpo de espaldas frente a mi, con su largo pelo rizado cayendo por su espalda y ondulándose al tiempo de mis sacudidas. Me encantaba oírla gemir y ver las primeras gotas de sudor por su espalda, algo que desde que la conocí en la red siempre había deseado.

Desde fuera estaba claro lo que estaba sucediendo, se oían muchas risas e incluso peticiones para entrar en la fiesta. Pero no pasaban de meras anécdotas… hasta que alguien llamo a la puerta varias veces. Nosotros no podíamos parar a pesar de la situación. Logré decir un “está ocupado” con la intención de que se marchara, pero el misterioso desconocido seguía insistiendo.

Sin embargo, de forma totalmente inesperada, Laura levantó el pestillo y abrió la puerta ligeramente, mostrando al insistente e inoportuno visitante el motivo por el que estábamos ocupados. El tío, no lejos de irse, se adentró en el pequeño espacio y cerró la puerta. No pude evitar reírme ante aquella situación y poco a poco fui siendo consciente de porque Laura le abrió la puerta. Parecía que esa noche no se iba a conformar sólo con una polla.

—¿Quieres follarme tú también? —preguntó con la voz entrecortada, jadeando.

El chico, que ya venía decidido a ello, le sonrió y se bajó los pantalones. Laura se separó de la pared y tratamos de colocarnos como pudimos. No perdió tiempo siquiera en besar al chico, en cuanto su polla erecta salió de sus bóxer, ella lanzó su boca inmediatamente hacia ella. Viendo el panorama, creí oportuno dejar descansar su coño hasta que nuestro nuevo amigo lo ocupara y dirigí mi mirada a su culo. Cogí una de sus piernas para indicarle que la apoyara sobre la tapa de la taza y así poder abrir un poco más sus nalgas. Lo hizo obedientemente y en cuanto puse mi pulgar mojado sobre su ano y empecé a presionar, ella se abrió ligeramente más, indicándome que tenía vía libre.

Mientras tanto el pene del desconocido se hundía literalmente en la hambrienta boca de Laura. Mamaba con ansias, de vez en cuando dejaba su miembro al descubierto para jugar con su lengua en su capullo. Después recorría su tronco con los labios hasta llegar a los huevos, los cuales lamía y engullía con suavidad mientras una de sus manos seguía trabajando el pene empapado con su saliva. Después su boca volvía a engullirle hasta el fondo y la dejaba ahí dentro unos segundos, sacándola lentamente mientras el tío se retorcía de placer. Laura de vez en cuando parecía atragantarse cuando nariz chocaba con el pubis del desconocido.

Por el otro lado, mis dedos seguían jugando con su culo, metiéndose y haciendo círculos para abrirlo aún más. Después pasé a seguir preparándolo con mi boca. Mi lengua pasaba por toda la rajita parándose en su ano. Mis manos agarraban bien sus caderas y la empujaban hacia mi para que mi lengua no se separara ni un milímetro de su agujerito. Me encantaba la idea de estar en ese sucio baño comiéndome su precioso culo. Empecé a separar sus glúteos aún más para que mi lengua llegase lo más que podía y no dejar ni un rincón de su culito sin lamer.

Después me incorporé y puse mi capullo en su entrada. Empujé lentamente viendo desde arriba como mi polla desaparecía entre sus muslos muy despacio. La volvía a sacar con suavidad y otra vez la incrustaba, cada vez más adentro. Sus gemidos eran tapados por la polla del desconocido, la cual manaba saliva sin parar, enormes goterones iban cayendo al suelo y otros resbalaban de la barbilla de Laura. Cualquier otro se habría corrido ya, pero el chico aguantaba con soltura todo el placer que le estaban dando.

Seguimos así durante unos minutos, ella encorvada con la polla de nuestro nuevo amigo en su boca y la mía penetrando en su culo cada vez más rápido. Creía morirme con tanto placer. Le hice señas al tío para cambiar de posición, ya era hora de que Laura probara mi leche. Viendo que nosotros dos lo teníamos más complicado para desplazaros, fue Laura la que hizo un giro de 180º, quedando por fin su cara a mi disposición. Laura sonreía sin parar, parecía estar viviendo una extraña y sucia fantasía erótica. Sin dudar ni un segundo agarró mi polla y empezó a mamarla con tanta dedicación como la del otro chico. Mientras lo hacía me miraba y acariciaba mi abdomen y mis caderas. Sus manos se paseaban libremente y llegaban también a mis glúteos donde apretaba con fuerza empujando su polla hacia lo más profundo de su boca.

El desconocido prefirió seguir la faena con su coño. Y así, con las piernas esta vez cerradas, entró de lleno sin ninguna dificultad y empezó a penetrarla rápidamente como un poseso. El cuerpo de Laura se movía violentamente rebotando entre nuestros penes. Gemía cada vez más y cerraba los ojos. Cada vez su cuerpo estaba más empapado de sudor. Pequeñas gotas salpicaban su cara, sus brazos, su espalda… Y yo no pensaba más que en lamérselo gota a gota.

En mitad de esos deseos empecé a correrme a lo bestia dentro de su boca. La tenía metida hasta la garganta y ahí la dejó clavada mientras manaba semen sin parar. La sacó en un momento que pareció atragantarse. En ese instante nuestro amigo la sacó repentinamente de su coño y se dirigió como pudo hasta su cara. Entre toses ella mantenía su boca abierta mientras recibía nuestros chorros. Agarró nuestros penes con fuerza y los juntó del todo, con los capullos muy cerca de sus labios. Era maravilloso ver como los dos la llenábamos de leche y ella parecía querer más. Parecía que los dos no hubiéramos vaciado nuestros depósitos en mucho tiempo ya que no parábamos de corrernos.

Sus pechos recibieron varios goterones que resbalaron por su barbilla, y su preciosa camisetita de tirantes también quedó bastante manchada. Después siguió mamándonos durante un rato, alternando entre las dos y recogiendo hasta las últimas gotas que quedaban. Después el chico se subió de nuevo el pantalón y se fue rápidamente, sin siquiera decir alguna palabra. Yo me quedé un rato mirándola mientras nos reíamos y terminamos con un largo beso.

Nos vestimos tan rápido como pudimos y salimos del baño que ahora tenía un pesado ambiente cargado de olor a sexo y sudor. Íbamos cogidos de la mano hasta que por fin entramos de nuevo en la sala del pub. Desde ahí pudimos ver a nuestros amigos en la barra, en el mismo sitio donde estábamos antes. Parecía que el tiempo no había pasado, sin embargo, cuando uno de mis amigos me vio, me lanzó una mirada asesina y luego ladeó la cara hacia el novio de Laura, como queriendo hacerme entender que estaba mosqueado o que se notaba que había pasado algo entre nosotros. Sin embargo según nos aproximábamos, notamos que su novio no estaba en perfectas condiciones como para presuponer nada. Se reía como un loco y parecía pasárselo de muerte. Fue un milagro, porque con las prisas no nos percatamos de que Laura había olvidado su sujetador roto en el baño y su camiseta aún conservaba unas cuantas manchas blancas sospechosas. Antes de pedirnos la siguiente copa, Laura se acercó a mi oído y me dijo:

- Si quieres, puedo intentar pasar la noche en tu casa, ¿te apetece?
- Joder, me encantaría, no se si puedo esperar, ya me muero por follarte otra vez.

Los dos nos reímos, le toqué el culo disimuladamente y continuamos la fiesta como si nada hubiera pasado, al menos, de momento…

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